De la cinta a la red

Recuerdo como si fuese ayer la primera vez que me enfrenté a un estudio de grabación. La falta de experiencia y los medios que había en la época (1991) nos llevaron a comprar una cinta de cromo de alta-calidad-pa-ti-pa-tu-prima-flu-mi-men como soporte del master de lo que sería nuestra primera maqueta sería (segundo paso tras las cintas de local de ensayo grabadas "al aire" con un caseto miserable). La verdad es que el resultado dejó bastante que desear.

Un par de años después volvimos al mismo estudio a registrar nuestra segunda maqueta, esta vez y aunque ya existían los DAT, optamos por hacer caso al batería que comentó que una cinta de cromo de buena calidad, con el acimut bien colocado y los cabezales limpios llegaba, le hicimos caso y los dos años de ensayos entre una y otra grabación se dejaron notar en el resultado final.

Otros dos años después volvimos por allí, esta vez con un DAT del que luego sacamos un master en una cinta de metal en caja de porcelana y de ahí las copias a cinta. Todo esto es la prehistoria, era muy difícil (casi imposible) que cualquier garito de copas se molestara en pinchar cintas, las radios se enrollaban algo más, pero las cintas siempre fueron un formato bastante engorroso. Los grupos paseaban sus maquetas de aquí para allí y se las vendían a sus colegas, algunos (más valientes ellos) optaban por la autoedición de un single o EP, para luego al no obtener los resultados esperados (más conciertos, cierto reconocimiento, etc), disolverse.

Los tiempos cambiaron (ya lo decía Dylan y ya lo tradujo Loquillo) y el cedé se implantó, con la llegada de las grabadoras un mundo nuevo se abrió ante los grupos maqueteros. Hacer copias y distribuirlas es de lo más sencillo, conseguir que la pinchen en algún sitio depende solo de la paciencia que se tenga para comerle el coco al pinchadiscos (ahora conocidos como DJ's), si uno de los temas que le presentas le cae en gracia la cosa está hecha y tu grupo sonará habitualmente en el medio de la selección habitual y tú canción será coreada por los borrachos del lugar como si de un tema del último de ?????? (pon ahí el nombre de tu grupo favorito) se tratase.

Tan solo faltaba un paso más, y era hacer llegar esas canciones al resto del mundo mundial. En esas tesituras se encontraban los grupos maqueteros (héroes anónimos de nuestra historia) cuando a un señor estadounidense con gafas se le dio por inventar una cosa que conecta a los ordenadores unos con otros, permite cambiar información de una manera rápida, sencilla y relativamente barata. A pesar de lo que diga la SGAE y algunos de sus allegados, Internet es un arma no solo válida, sino ya casi indispensable para los grupos que empiezan. Tener una página web con los temas colgados para disfrute del personal, enviarlos por corre electrónico a una radio, revista, fanzine, etc a cientos o miles de kilometros de distancia es una manera fácil de dar a conocer a un grupo. A parte de eso son muchas las paginas que se dedican a la promoción de nuevas bandas y de las que se puede descargar música y leer algo sobre el grupo en cuestión.

De todos modos internet es, como todo, un arma de doble filo. Los grupos nuevos nos interesan a los que nos interesan y somos una minoría los que entramos en ese tipo de webs. Los demás se limitan a ir a la pagina de su grupo favorito para enterarse de lo que va a hacer próximamente o a buscar sitios de los que descargarse cedés completos con la caratula incluida, pero eso es otro tema y lo dejaremos para otra ocasión. Como músico en "stand-by" que soy hoy en día defiendo la validez de la red de redes como vehículo promocional de bandas nuevas, maqueteras, noveles, debutantes o con pocos medios. Nunca antes conoció tanta gente a mí aletargado grupo como desde la irrupción de internet en nuestras vidas.

Ricky Rodríguez

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